En el documento que se difundió, se aseguró que "el radicalismo entrerriano tiene más de un siglo de historia y a lo largo de ese recorrido atravesó crisis profundas, derrotas electorales y momentos de extrema debilidad. Pero incluso en sus peores horas supo conservar algo esencial: identidad, combatividad y la decisión de diferenciarse del poder cuando ese poder se apartaba del interés popular”.
“Hubo tiempos en los que, aún en plena hegemonía del peronismo, legisladores radicales entrerrianos defendieron con firmeza las banderas de la libertad, la justicia social y la movilidad ascendente”, indicaron.
En ese marco, recordaron que “los diputados nacionales entrerrianos Ernesto Sammartino (fue expulsado por desafuero el 5 de agosto de 1948), Luis Mac Kay, Silvano Santander, Carlos Contín, Carlos Perette, César Jaroslavsky, Luis Brasesco y Ricardo Lafferriere, entre otros, no fueron administradores del silencio: fueron representantes de un pueblo que esperaba coraje, no obediencia”.
Ese hilo histórico se quebró: “El punto de inflexión fue la Convención de Gualeguaychú, donde el radicalismo decidió entregar sus banderas a los liberales y conservadores, sus adversarios naturales, aquellos contra los que nació la Unión Cívica Radical”.
“Desde entonces comenzó un proceso de degradación política que hoy nos encuentra en la mínima expresión: con una representación legislativa débil, subordinada y sin voz propia”, precisaron.
El acuerdo electoral con La Libertad Avanza (ALLA) que derivó en la situación actual “fue avalado por autoridades partidarias, congresales, intendentes y funcionarios radicales”, dijeron e indicaron que “el resultado está a la vista: una sola banca nacional por Entre Ríos, obtenida en tercer lugar y por minoría, presentada como una síntesis virtuosa cuando en realidad expresa una profunda renuncia política”.
En ese marco, subrayaron que “ese único diputado fue señalado como ‘lo distinto’, como la garantía de que no se convalidaría el rumbo liberal extremo que hoy encarna Javier Milei y que el gobernador Rogelio Frigerio acompaña sin fisuras en la provincia. Se pidió confianza. Se prometió identidad. Se habló de límites”.
Al respecto, agregaron que “la realidad se encargó de desmentir rápidamente ese relato. En la primera votación clave de la Cámara de Diputados, durante el tratamiento del Presupuesto Nacional, Darío Schneider se abstuvo en el capítulo que incluye el artículo 75: el que recorta derechos, desfinancia a las personas con discapacidad y golpea directamente a las universidades públicas”.
Para Radicalismo Auténtico “no fue una votación técnica. Fue una decisión política y moral. Se votaba a favor o en contra de los sectores más vulnerables. Se votaba a favor o en contra de la universidad pública como herramienta de desarrollo y movilidad social. El diputado radical por Entre Ríos eligió no elegió. Eso no es prudencia. Eso no es equilibrio. Eso no es radicalismo auténtico”.
“Mientras el radicalismo oficial entrerriano se reunió en Villaguay para celebrar y sacarse la foto de rigor, muchos sentimos vergüenza ajena. ¿Qué se festejó allí? ¿La abstención frente al recorte a los derechos de las personas con discapacidad, a la salud y a la educación pública? ¿El acompañamiento silencioso al ajuste más duro de las últimas décadas?”, señalaron.
Ante ese escenario desde UCR Activa Entre Ríos lamentaron “profundamente esta defección. No se trata de un error aislado ni de una distracción parlamentaria. Es una definición política que confirma el rumbo de un radicalismo que ha dejado de ser una fuerza transformadora para convertirse en una fuerza funcional al poder de turno”.