“Este contexto obliga a seguir produciendo avances en materia de reducción del gasto público ineficiente y una franca política de alivio fiscal para el sector agropecuario, que sigue siendo el más gravado del país y uno de los pilares fundamentales de la economía argentina”, dijeron desde la entidad.
En ese marco, se expresó su preocupación por los datos recientemente publicados por la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, que reflejan una crítica pérdida del poder adquisitivo del productor agrícola provincial.
De acuerdo al informe, los agricultores entrerrianos sufrieron una doble pérdida frente a la inflación oficial registrada en 2024, que se ubicó en el 118 por ciento. Por un lado, los precios promedio de los principales cultivos (soja, trigo, maíz y sorgo) se actualizaron sólo un 95 por ciento en el período comprendido entre noviembre de 2023 y febrero de 2025, quedando 23 puntos porcentuales por debajo del índice de precios al consumidor (IPC). Por otro lado, los costos de producción —que incluyen laboreos, insumos, transporte y gasoil— se incrementaron más del 150 por ciento, es decir, un 32 por ciento por encima de la inflación, y un 55 por ciento por encima de la actualización de precios de los productos agrícolas.
Este escenario económico adverso se suma a las difíciles condiciones climáticas que afectaron a la provincia a comienzos del año. Ambos factores explican la significativa reducción del área sembrada en Entre Ríos: 162.750 hectáreas menos en la presente campaña, según se detalla en el mismo informe.
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Hermes